Ven a Jesús

Mujer Vaso Frágil Pero Firme


 Sacudí mi cabeza con incredulidad. Este no podría ser el lugar indicado. Después de todo, yo no podría ser bienvenida aquí. Me habían dado una invitación varias veces, por varias personas diferentes, y había decidido por fin venir a ver lo que se trata este lugar. Sin embargo, esto no podía ser el lugar correcto.

Deprisa, eche un vistazo a la invitación que tenía en la mano. Leí rápidamente y ni me fije en las palabras, “Ven Como Andas. No Necesitas Traje Formal.” y encontré la dirección. Sí, yo estaba en el lugar correcto. Me asomé por la ventana y vi un cuarto lleno de personas cuyos rostros parecían brillar con alegría. Todos andaban bien vestidos, adornados con finas prendas y se miraban extrañamente limpios y nítidos mientras cenaban en el restaurante fino.

Avergonzada, miré mi propia ropa hecha jirones y rota, cubierta de manchas. Estaba sucia, de hecho, muy sucia. Con un olor nauseabundo y no podía quitarme la suciedad que colgaba de mi cuerpo. En cuanto me di vuelta para salir, las palabras de la invitación parecieron saltar hacia mí:

…”Ven Como Andas. No Necesitas Traje Formal.”

Decidí darle una oportunidad. Reuní todo el coraje que pude, abrí la puerta del restaurante y me acerque a un hombre en pie detrás de un podio. “Su nombre, señora?” -me preguntó con una sonrisa. “Maria Sofia Baez,” susurré sin levantar la vista. Metí las manos en los bolsillos, con la esperanza de ocultar sus manchas. Él no parecía darse cuenta de la porquería en que yo estaba cubierta y continuó: “Muy bien, señora. Una mesa está reservada con su nombre. ¿Te gustaría ser sentada?”

Yo no podía creer lo que había oído! Una sonrisa se desató en mi cara y le dije: “Sí, ¡por supuesto!”

Él me llevó a una mesa y, por supuesto, había una tarjeta con mi nombre escrito sobre ella en un rojo intenso y oscuro.

Mientras le echaba un vistazo al menú, vi muchos artículos delicioso en la lista. Había cosas como: ‘paz’, ‘alegría’, ‘bendiciones’, ‘confianza’, ‘seguridad’,’esperanza ‘,’amor ‘,’fe’ y ‘misericordia’. ¡Me di cuenta que este no era un restaurante cualquiera! Le di vuelta al menú de nuevo para ver dónde estaba … ¡’La Gracia de Dios’ era el nombre de este lugar!

El hombre regresó y dijo: “Yo recomiendo el ‘Especial del Día’. Con ello, usted tiene derecho a colmadas porciones de todo en este menú.” ¡Tienes que estar bromeando! Me dije a mí misma. ¿Quieres decir que puedo tener de todo esto?

“¿Cuál es el ‘Especial del Día’?” le pregunté con entusiasmo en mi voz.

“Salvación”, fue su respuesta.

“¡Entonces eso quiero!” le dije, casi gritando. Pero, al mismo tiempo que le dije eso, todo el gozo abandonó mi cuerpo. Una enfermiza y dolorosa angustia invadió mi estómago y lágrimas llenaron mis ojos. Entre sollozos le dije: “Señor, mírame. Estoy sucia y repugnante. Soy impura e indigna de tales cosas. Me encantaría tener todo esto, pero…pero, no tengo para pagar esto.”

Impávido, el hombre sonrió de nuevo. “Señora, su cuenta ya ha sido pagada por ese Señor de allí”, dijo apuntando a la parte frontal de la habitación. “Su Nombre es Jesús.”

Al darme la vuelta, vi a un hombre que solo su presencia parecía alumbrar la habitación. Era casi demasiado para ver. Me encontré caminando hacia Él, y con voz temblorosa le susurré: “Señor, voy a lavar los platos o barrer el suelo o sacar la basura. Voy a hacer lo que sea para pagar por todo esto.”

Abrió los brazos y dijo con una sonrisa: “Hija, todo esto es tuyo si tan solo vienes a mí. Pídeme que te limpie y lo haré. Pídeme que te quite las manchas y será hecho. Solo pídeme que te permita ser parte de este banquete y podrás comer. Recuerda, la mesa está reservada a tu nombre. Todo lo que debes hacer es aceptar este regalo que te ofrezco.”

Sorprendida, me postré a sus pies y le dije: “Por favor, Jesús. Por favor, limpia mi vida. Por favor, cámbiame y sientame en tu mesa y dame esta nueva vida.”

Inmediatamente, oí las palabras: “Consumado es.”

Miré hacia abajo y túnicas blancas adornaban mi cuerpo reluciente y limpio. Algo extraño y maravilloso había sucedido. Parecía nueva, como que un peso había sido levantado y me encontré sentada en su mesa.

“El ‘Especial del Día’ ha sido servido”, me dijo el Señor. “La Salvación es tuya.” Nos sentamos y hablamos un gran rato; disfruté cada momento que pasé con él. Me dijo que le gustaría que volviera tan a menudo como me quisiera para comer en La Gracia de Dios. Me dejó claro que quería que pasara todo el tiempo con él como fuera posible.

A medida que se acercaba el momento para volver a salir al “mundo real”, me susurró en voz baja, “y he aquí yo estoy contigo.” Y entonces, él me dijo algo que nunca olvidaré. Dijo …

“Mi hija, ¿ves estas mesas vacías a lo largo de este cuarto?” “Sí, Señor. Yo los veo. ¿Qué quieren decir?” Le respondí. “Estas son mesas reservadas … pero las personas cuyos nombres están en cada rótulo no han aceptado sus invitaciones a cenar. ¿Serías tan amable en repartir las invitaciones a los que no se nos han unido todavía?” Jesús me preguntó.

“Por supuesto”, le dije con entusiasmo mientras recogía las invitaciones.” “Por tanto, id a todas las naciones”, me dijo él cuando me di vuelta para salir.

Entré a La Gracia de Dios sucia y hambrienta. Manchada por el pecado. Mi justicia era como trapos de inmundicia. Y Jesús me limpio. Salí una mujer nueva … vestida de blanco, su justicia. Y así, voy a mantener mi promesa a mi Señor. Voy a ir. Voy a correr la voz. Voy a compartir el Evangelio … Voy a entregar las invitaciones. Y voy a empezar contigo.

¿Has ido a La Gracia de Dios? Hay una mesa reservada con tu nombre, y aquí está la invitación … “Ven Como Andas. No Necesitas Traje Formal”.

Autor desconocido

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe: y esto no de vosotros, pues es don de Dios: no por obras, para que nadie se gloríe”.  Efesios 2: 8,9

♥Ven a Jesús ♥

♥ El te ama, puedes repetir esta oración con todo tu corazón♥

♥ Oración de fe♥

Señor Jesús, reconozco que soy pecador

y me arrepiento de todos mis pecados

hoy reconozco que te necesito

y te acepto como mi Señor y mi Salvador

te pido que cambies mi vida y me levantes,

lávame con tu sangre preciosa,

y has de mi una nueva criatura.

Escribe mi nombre en el libro de la vida.

y ayúdame a hacer tu voluntad.

te lo pido en el nombre de Jesús amén.


Si has hecho esta oración con todo tu corazón créeme que tu vida no será

igual.

 Puedes dejar tu comentario y estaremos orando por tí


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