Este es el mensaje que hab茅is o铆do desde el principio: que nos amemos unos a otros.
1 Juan 3:11
Las personas de toda naci贸n, tribu y lengua tienen algo en com煤n:
todas anhelan ser amadas. Es algo innato, puesto por Dios, dura toda la vida y se siente en lo m谩s profundo del ser. «¿Alguien podr铆a amarme, por
favor?» es el clamor t谩cito de las publicidades, los programas de televisi贸n, las revistas y las camisetas. Constantemente, nos esforzamos para que los dem谩s noten nuestro valor y nos convaliden con su atenci贸n.
Incluso nos entregamos a otra persona con la esperanza de recibir amor a cambio. Pero, ir贸nicamente, las personas casi nunca dejan de concentrarse en s铆 mismas para satisfacer esta necesidad en los dem谩s. Con ego铆smo podemos aun pasar por alto esta demostraci贸n de amor hacia nuestro propio c贸nyuge; aunque tambi茅n la necesita. Sin embargo, el amor es tu responsabilidad principal en el matrimonio.
¿Acaso no hiciste un voto de amor para toda la vida en el altar? ¿No eres la persona a quien Dios otorg贸 el privilegio de llenar el tanque de amor de tu c贸nyuge? Y recuerda: cuando tu c贸nyuge menos merece tu amor, all铆 es cuando m谩s lo necesita. No hay nadie en la tierra con una posici贸n m谩s estrat茅gica ni con un mandato y un llamado m谩s espec铆fico que t煤 para amar a tu c贸nyuge.
ORACI脫N
«Se帽or, gracias por el c贸nyuge que me diste. Ens茅帽ame a amar de manera que satisfaga sus necesidades y te honre a ti. En el nombre de Jes煤s, am茅n».
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