Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusal茅n, que descend铆a del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.
Apocalipsis 21:2
Llegar谩 el d铆a cuando el amor y sus muchos atributos incre铆bles ya no
sean dif铆ciles de mantener, sino que fluir谩n en forma natural de nosotros;
el amor ser谩 lo 煤nico que consideremos hacer. Ser谩 como el de Jes煤s: lo ofreceremos sin restricci贸n ni intereses personales.
Hasta entonces, el matrimonio es uno de nuestros principales instructores para saber c贸mo se da y se recibe el amor. Nos ense帽a a remitirnos a otra persona, a entregarnos completamente y sin reservas.
Nos ense帽a a amar a alguien sin que nuestros sentimientos dependan del
esfuerzo que hace la otra persona para agradarnos.
D铆a tras d铆a, deber铆amos aprender m谩s sobre nuestra relaci贸n con Dios al verla representada en nuestro trato mutuo. El matrimonio no es s贸lo una analog铆a que Dios invent贸 para intentar describir su amor por nosotros. El matrimonio de Cristo con su esposa, la iglesia, es la historia suprema de la vida. Al participar en ella aqu铆, podemos vislumbrar lo que vendr谩.
EL DESAF脥O DE ESTA SEMANA
Decide demostrar paciencia al no decirle nada negativo a tu c贸nyuge. Es mejor contenerte que decir algo que lamentar谩s.
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