Salir a almorzar con las amigas… o pasar tiempo a solas con tu Biblia. He
ahí el dilema. A veces es muy difícil escoger, ¿no es así? Es importante dedicar tiempo a nosotras mismas, pero esa prioridad viene después del
llamado de Dios de instruir a nuestros pequeños. Este es nuestro llamado más sublime y honorable. Pero no podemos dar lo que no tenemos, de modo que es vital nutrir el anhelo por la Palabra de Dios y su sabiduría.
Lee tu Biblia diariamente. Comunica a tus hijos su verdad que trae vida. Es necesario sacrificar tiempo y energía, pero los años que tienes con tus hijos vuelan. El Salmo 119:11 dice: “En mi corazón atesoro tus dichos”. El tiempo que inviertes en la Palabra es el que Dios usará para convertirte en una madre conforme a su corazón. ¡Es tiempo bien invertido!
"Señor, ayúdame a escogerte a ti y tu Palabra como mi fuente de fortaleza y refrigerio cada día. Quiero profundizar mi entendimiento de tu amor y de tu voluntad para así convertirme en una madre que invierte en mi fe y en mi
familia con todo lo que soy y lo que tengo."


Gracias por sus comentarios y recuerda comentar con tu nombre ❤️