Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón.
Mateo 22:37, RVR 1995
Amar a tu cónyuge más que a Dios es una forma de idolatría.
Demasiados matrimonios sufren de esta inversión, que coloca algo creado por sobre el Creador. Dios siempre debería estar primero y ser el objeto
principal de nuestro afecto. Nos creó para que lo amáramos, y cuando
dirigimos todo nuestro ser a deleitarnos en su persona, sucede algo inexplicablemente hermoso. Es la adoración adecuada al Único digno.
Si amar es lo más grande que puedes hacer, amar con todo tu ser es la expresión más increíble que pueda haber. Y si Dios es el mayor objeto del
amor, despierta al propósito invalorable que te ha sido dado. Es tu diseño, tu llamado y tu invitación para hacer lo más grande, de la manera más
grande para Aquel que es el más grande. No hay llamado más supremo. El tuyo es el más importante de la creación, porque fuiste hecho a imagen de Dios y estás diseñado en forma única para expresar amor de maneras que el resto de la naturaleza no puede hacerlo.
Abraza este privilegio eterno. Deja que cada aliento sea una oportunidad de aprender a amar mejor al Dios que te amó primero.
EL DESAFÍO DE ESTA SEMANA
Esta semana, comprométete a priorizar unos minutos con Dios todos los días. Incluye oración y lectura de la Palabra.
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