DÍA 36 El amor no codicia

Mujer Vaso Frágil Pero Firme


Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia.
Romanos 7:8

A menudo, queremos algo principalmente porque otra persona lo tiene.
La comparación entre nuestra situación y la ajena puede llevarnos al
descontento, aun cuando estábamos conformes antes de darnos cuenta de
lo que no teníamos. Los celos son un sentimiento peligroso.
Caín asesinó a Abel porque su hermano había recibido el favor y la
bendición de Dios. Saúl intentó por todos los medios matar a David, quien
parecía obtener más gloria a ojos del pueblo que el mismo rey. Los fariseos quisieron eliminar a Jesús porque dominaba el ámbito religioso.
Quizá te ha dado celos la atención que tu cónyuge recibe de parte de los demás. Tal vez, te molesta que se vaya todas las mañanas y te deje en casa con los niños. Quizá es esbelto sin esfuerzo, mientras tú luchas para
mantenerte en forma. Si los celos no se frenan, se transformarán en un
enojo hirviente. Si comienzan a surgir en tu interior, es hora de revisar tu
corazón.

EL DESAFÍO DE ESTA SEMANA
Pídele al Señor que revele cualquier área de celo o resentimiento en tu corazón hacia tu cónyuge. Admítelo ante Dios y pide perdón, luego atrévete a pedirle perdón a tu cónyuge también

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