DÍA 35 El amor se abstiene de la lujuria

Mujer Vaso Frágil Pero Firme


¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?
Santiago 4:1

A menudo, pensamos en la lujuria dentro de un contexto sexual: desear
el afecto de otra persona, querer gratificarnos al pensar en poseerla. Por cierto, esta es una enfermedad desenfrenada del corazón humano que
carcome la pureza del matrimonio. Sin embargo, la lujuria es cualquier
clase de placer que anhelamos de manera poco saludable y peligrosa.
Todas sus formas tienen algo en común: La inutilidad de su búsqueda nos seduce con facilidad.
«Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra» (Santiago 4:2).
Cuando percibes que te están privando de algo que crees necesitar para ser
feliz, esto hace que ataques de maneras impredecibles. Si quitaras la
lujuria impura de tu vida, gran parte de tu enojo se transformaría en
paciencia. Los deseos inalcanzables sólo pueden destruirte. El temor
interior de no obtenerlos siempre interferirá en tu matrimonio. Abandona la lujuria y permite que el amor conduzca.

PREGUNTAS
¿Hay algún anhelo que esté alimentando tu enojo contra los demás? ¿Estás tolerando deseos perniciosos en tu corazón? ¿Has considerado el bien que podría resultar si los abandonas?

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