Esperanza

*Día 11*

*ESPERANZA*

Es posible que el mundo te grite que no hay esperanza para tus hijos (as). El mundo no tardará en golpearlos e intentar acabar con ellos, pero Dios quiere que sepas que tus hijos (as) siempre tendrán esperanza; porque tú eres un hijo de Dios.

Necesitamos asegurarnos de que saben que hay una esperanza y un futuro para ellos (as). Jesús quiere que ellos (as) vayan a Él. Que comprendan que necesitan estar en paz con Dios y Él les promete esa paz, consuelo y fuerza.

Ya no tienen por qué preocuparse o desesperarse, ya pueden vivir con la esperanza duradera y eterna en Cristo.

Promesa: *”El temor del Señor infunde plena confianza, y da esperanza a nuestros hijos”*. Proverbios 14:26. El temor de Dios no significa que le tengas miedo.

Significa que te cuidas de no ofenderlo, de tomarlo en cuenta para todo en tu vida. No dejes de honrar a Dios, sigue mostrándole respeto y reverencia. Serás un buen ejemplo para ellos (as).

Mientras permanezcas en su presencia, tu hijo (a) tiene esperanza. En todo tiempo Dios reserva para tu hijo (a) las oportunidades de ser bendecido (a).

Si las cosas no han estado bien con tu hijo (a), Dios tiene misericordia de él/ella, por amor a ti.

No permanecerá siempre en rebeldía, oscuridad, adicciones o en miseria ¡Hay esperanza!

*ORACIÓN:*

Padre bueno, me postro ante ti porque sé que me escuchas.

Señor, tú puedes iluminar el camino de mi hijo (a) y mostrarle que en ti hay esperanza.

*”Hay esperanza para tu porvenir – declara el Señor-“* Jeremías 31: 17

En estos momentos me dirijo hacia ti con mucha humildad y mi total esperanza puesta en tus manos porque confío en tu misericordia.

Guía a mi hijo (a) para que no pierda la esperanza y persevere en sus estudios o trabajo, metas y sueños con ímpetu y entusiasmo.

No permitas que pierda de vista la verdadera esencia de quién es y lo que desea alcanzar.

Dale fortaleza para no perder la esperanza y avanzar.

Que mi hijo (a) te reconozca como la única fuente de inspiración, fe y esperanza.  

*Oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén*