Humildad

*Día 9*

*HUMILDAD*

Mansedumbre significa “fuerza bajo dominio o fuerza bajo control”. Esta es la clave para pasar por alto la ofensa. Quizás podríamos contestar de una forma inapropiada o podríamos buscar vengarnos, pero con humildad y mansedumbre decidimos poner nuestro enojo bajo el dominio de Dios.

*“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.”*

Mateo 5:5

Aunque la humildad y la mansedumbre son de suma importancia en la vida, muy pocos se preocupan por desarrollarlas; muchas veces actuamos con arrogancia altanería, vanidad, prepotencia, amargura, entre otras actitudes inapropiadas (Eso no agrada a nuestro Señor).

Jesucristo lo enseña claramente: *Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón* (Mateo 11: 29); es decir, la humildad y la mansedumbre no tienen que ver si somos ricos o pobres, letrados o ignorantes, sino con lo que hay en nuestro interior.

Los (as) hijos (as) observan cada uno de nuestras acciones. Sus mentes están tomando nota sobre cómo se comportan sus padres. Por ejemplo, cuando menospreciamos un consejo, expresamos soberbia y altanería. Esto no es humildad y ellos (as) están observando nuestra actitud.

*Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.*

1 Timoteo 6:11

Pidamos sabiduría, pues los (as) hijos (as) aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice. Esto debe movernos a vivir una vida en mansedumbre y humildad.

*ORACIÓN:*

Espíritu Santo de Dios ayúdame a tener un corazón manso y humilde como el de nuestro Señor Jesús.

Te pido que como madre, la mansedumbre no me lleve a callar ante lo que está mal. Que tanto mi hijo (a) como yo podamos hablar a favor de la justicia, mostrando respeto, aun cuando no estemos de acuerdo con las palabras o acciones de los demás.

Que mi hijo (a) refleje a los demás el carácter de Dios con humildad, amabilidad, paciencia, todo en justa medida, y que el Espíritu Santo lo revista de todo aquello que agrade al Padre Celestial.

Sé que mi hijo (a) ha sido llamado (a) para bendecir y esto incluye a quienes le insultan; ayúdale a ser ejemplo de lo que es actuar guiado (a) por la mansedumbre que viene de Dios.  

*En el nombre de Jesucristo, amén.*